viernes, 7 de octubre de 2011

Esta Vida que Vivimos

“Todo tiene un sentido en esta vida, la búsqueda de este sentido es lo que le da sabor para vivirla”. Por ello, todos y cada uno de nosotros hemos forjado nuestro destino desde que tenemos conciencia sobre las cosas. Claro, en un principio, fueron nuestros padres quienes se dedicaron a iluminarnos el camino; Sin embargo, una vez que adquirimos la habilidad de razonar, reflexionar y obtuvimos las herramientas para ver y juzgar las cosas por nuestra cuenta, nos hicimos capaces de vivir la vida y dejarnos llevar, no haciendo nada más que darle dirección al camino que la misma vida nos pone enfrente. Ah, eso sí, tenemos que forjar nuestro destino tomando decisiones y dándole dirección “a nuestra balsa” que es arrastrada por la “corriente de la vida”, dejándonos llevar por la corriente y nunca remar en contra de ésta, puesto que no llegaríamos a ningún lado y nos hundiríamos en la frustración y el fracaso.
            Esto es algo que mi padre me ha enseñado y he podido comprobar que es cierto por mera experiencia propia. He vivido y visto cosas que claramente comprueban que de esto se trata el juego de la vida; es nuestra preparación, nuestro ser y movilidad, lo que nos hace vivir la vida de la forma más grata y a su vez, lo que nos encamina y lleva al éxito. Es por esta razón que pienso, juzgo, reflexiono y planeo todo lo que hago a pesar de que a la mera hora, todo pareciera suceder espontáneo. A lo largo de mi vida, eso es lo que he hecho, tomar decisiones con cuidado y ubicarme en constante mejora a través de una óptima formación y desempeño, tenacidad en las cosas y en mis pasiones, y aprendizaje en base de experiencias (éxitos y caídas). Se debe aprender de los errores y nunca rendirse o echarse para atrás, siempre hay que levantarse y volver a escalar sin importar cuantas veces caigas. Porque la vida no es más que eso, tomar decisiones y nunca ver hacia atrás (aunque a veces sea inevitable preguntarse si se hizo o no lo correcto o si se pudo haber hecho mejor). Lo importante aquí es saber que lo que se hizo se hizo, no hay razón de preguntarse: ¿Qué hubiera sucedido si no hubiera hecho esto o si lo hubiera hecho de esta forma? Estos dilemas existenciales no nos llevan a nada bueno y eso es seguro. 


                                                                                                                   -Fabrizzio Calderoni

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