miércoles, 5 de octubre de 2011

Resumen Capítulos 6-10 “Nuevas Esperanzas”

Joe lleva de regreso a Pio a su casa. Luego, con lo poco que les quedó en la mesa y en disponibilidad, acaban su cena de navidad. Para entonces, Pip se fue a la cama espantado de que descubrieran lo que él acababa de hacer. Más que ayudar a un preso, le preocupaba que descubrieran que él había sido quien robó de la alacena aquella cena tan esperada que les había costado tanto trabajo conseguir ya que su familia es pobre. Pip se siente muy culpable principalmente por no decirle la verdad a su gran amigo y compañero de castigos, Joe.
            Mientras Pip sigue luchando contra su remordimiento, la intriga, y el miedo de que sea descubierto acerca de sus actos deshonestos, Pip batalla al estudiar en la escuela del señor Wopsle. Un buen día, Pip le enseñó un trabajo que él había escrito por su cuenta y a mano a Joe. La carta no estaba bien redactada, no era legible ni comprensible. Sin embargo, ya que Joe no estaba bien educado y para hacer sentir bien a Pip, le pareció asombroso y lo alentó. Lo único que Joe había podido leer de la carta era una palabra que se parecía de cierta manera a “Joe”. Con ello, se abrió la plática acerca de la infancia de Joe y la razón por la que él no había sido educado “a mano”. Su padre le pegaba a él y a su madre. Por esta razón ellos dos se habían ido a vivir a otro lado pero al confesar su padre que los extrañaba, volvieron y éste les continuaba pegando. Fue entonces con el tiempo que Joe conoció a la hermana de Pip y se enamoraron. A pesar de que sea abusiva, él dice amarla con todo su ser y aceptaría cualquier adversidad. Joe había aceptado a Pip en su casa con la muerte de sus padres. 
            Al poco rato, se el tío Pumblechook comunicó que había logrado sacar una cita para Pip en casa de la vieja rica que vivía cerca con el propósito de jugar. Pip fue llevado por el tío Pumblechook a bañar, arreglarse y fue así como Pip había pasado una mañana con el tío Pumblechook conociendo su negocio, su casa y desayunando mientras que éste le preguntaba soluciones a problemas aritméticos. Pip fue llevado a casa de la Havisham donde el tío Pumblechook no se le permitió entrar. Una niña llevó a Pip hasta la anciana quien estaba vestida de novia bastante desarreglada y se encontraba en un cuarto rodeada de relojes que apuntaban 8:45. Pip estaba asustado y esperaba irse a casa. La vieja hizo que Pip jugara naipes con la niña (aprox. Edad de Pip) que lo dejó entrar llamada Estela. Ella era arrogante, creída y lo maltrataba e insultaba por ser pobre. Pip lloró y esta niña pareciera que lo disfrutaba. Al regresar a su casa, todo lo que contó acerca de su estancia en la casa de la vieja Havisham. Había mencionado que había perros, un carro forrado con tela de seda negra, entre otras cosas. Poco tiempo después, Pip le confesó a Joe que nada de esto había cierto. Se sentía muy mal acerca de haberle mentido y fue entonces que Joe le dijo sorprendido que no había razón para mentir y que él esperaba que no volviera a suceder. Con esto, Pip se sentía aún más culpable por lo que había ocurrido en navidad (robo de la cena y no decirle a nadie).
            En la escuela, Pip le pidió a si amiga Biddy (nieta de la maestra) que le ayudara a aprender y es así como toman más lecciones en la educación para alfabetizarse. Un buen día que Pip fue a la taberna en la que Joe le gustaba fumar Pipa, Pip le parecía intrigante que Joe y el señor Wopsle hayan aceptado un trago de ron de un hombre desconocido. A Pip le parecía curioso este hombre hasta que notó que traía la lima de Joe que le había entregado Pip al recluso para que se liberara de sus cadenas. Fue entonces que Pip se percató que se trataba del mismo hombre. Éste le regaló a Pip un chelín envuelto en dos billetes de libras esterlinas las cuales luego le entregó a Joe. Con esto, la preocupación de Pip con respecto a que fuese descubierto su secreto creció más y más. 

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